La popularización del término déficit atencional sin/con hiperactividad (DA y DAH), nos ha llevado a tener un número muy grande de niños “diagnosticados” con DAH. Cuando uno en la consulta conversa con los padres y les pregunta quién estableció el diagnóstico, muchos de ellos refieren la profesora, el inspector del colegio, entre otros profesionales.
Podríamos entrar en la discusión sobre cuáles son las competencias profesionales de un profesor o inspector para realizar estos diagnósticos, sin embargo, en esta oportunidad lo que quisiera es entregarles una mirada positiva de esta condición.
Los principales problemas de la DAH es la dificultad de mantener el foco de atención en un solo estímulo, además del control de físico e impulsos. Contrariamente, y como menciona el psicólogo Daniel Goleman en su libro Focus, el padecer de DA o DHA podría facilitar la aparición de competencias tales como la capacidad de enfocarse en varias cosas a la vez, así como la creatividad y la resolución de conflicto.
Desde mi experiencia, y que Goleman también afirma, para desarrollar las características positivas del DAH hay que potenciar el reconocimiento de emociones. Una forma de potenciarlo es enseñarles a los padres cómo reflejar emociones a sus hijos y así aprenden a reconocerlas y a consignarlas.
Otra manera de reforzar el reconocimiento de las emociones, en vez de preguntarles: ¿Qué tienes? ¿Qué te pasa? ¿Cómo te sientes?, es utilizando el conocido “tiempo libre” o “time-out” donde se estimula al niño a pensar sobre lo que le pasa y auto regular sus reacciones.
Por otra parte, podemos enseñar a los niños y padres como manejar la atención al momento de hacer tareas o estudiar. Por ejemplo, permitir que el niño tenga una goma, lápiz o autito en las manos mientras lee, o memoriza material. Otra alternativa es “jugar” con el tiempo y hacer competencia de que tan rápido puede hacer un número determinado de actividades.
Por último, se ha visto en estudios en Holanda, que el uso de algunos video-juegos favorece el control de la atención frente estímulos distractores, por lo que se recomienda periodos cortos de juego diarios.
Estamos acostumbrados a una sociedad que suele etiquetar y enfocarse en características negativas que debemos mejorar o cambiar, pero hay condiciones de las cuales no nos podemos deshacer, por lo que es más efectivo tener una postura positiva y buscar formas que el DAH juegue a nuestro favor y aumentar nuestras probabilidades de logro profesional como reporta Goleman.
Por Karolina Fernández, Psicóloga clínica infanto-juvenil, Universidad del Desarrollo. Diplomado en Clínica de los trastornos de Aprendizaje en la Universidad de León, España. Magister en Manejo de crisis y respuesta en Walden University.